jueves, 21 de agosto de 2008

Un demonio para mí, Ruth Rendell

Me avergüenza decir que, amante de la novela negra como soy, nunca antes había leído a esta autora. Tras pasar un par de semanas con las historias de Kate Chopin, que son cortas pero dejan un regusto muy intenso, quería leer algo de lo que yo denomino "literatura para no ver la tele", es decir, obras que no requieren de mí un esfuerzo extra, pero que siempre son mejor que tragarse un programa malo en televisión, sobre todo ahora que tanto abundan en verano.

Escogí este libro porque me pareció una apuesta segura. No estaba mal de precio, era de una autora de quien había leído buenas críticas y era lo suficientemente delgado como para no tener que arrastrarme por sus páginas si no me gustaba. Esto último al final ha terminado siendo un fallo, porque me ha dado rabia terminármelo en un par de días, tanto me estaba gustando. En este libro se cuenta cómo la vida de un psicópata, Arthur Johnson, se ve incomodada por la aparición de un vecino en la casa en la que alquila su piso que comparte apellido con él. Anthony Johnson, el de la habitación número 2, es, además, un psicólogo que está escribiendo su tesis sobre psicópatas, aunque parece escapársele que convive con uno. Arthur se nos presenta como un perfeccionista, alguien que controla hasta el último aspecto de su entorno y que domina sus ansias de asesinar gracias a una muñeca que guarda en el sótano, al que no puede acceder ahora que la habitación 2 está ocupada y su inquilino puede asomarse a la ventana y verle entrar. Estrangular un cuello de plástico es lo único que le impide salir a matar mujeres en la noche londinense, y cuando éste sustituto se convierte en imposible, Arthur necesita volver a sentir la carne de una mujer entre sus dedos, como ya hiciera en dos ocasiones anteriores sin ser atrapado.

Excelente retrato de un psicópata con el que compartimos angustias y procesos mentales, y excelente también la caracterización de todos los personajes que le rodean y son incapaces de identificarle como lo que es. Una lectura rápida y amena que bien merece la pena en edición de bolsillo, aunque el final resulta algo repentino y una se queda con ganas de más.

Volveré a leer a Rendell. Y esta vez me aseguraré de que la novela sea todo lo extensa que mis manos puedan sujetar.

1 comentario:

dsdmona dijo...

A mi me gusta mucho esta mujer, hace tiempo por eso que no leo nada de ella, tendré que ponerme al día.

D.