viernes, 16 de julio de 2010

El club de los viernes, Kate Jacobs



No sé por qué me compré este libro. Bueno, sí lo sé. Lo hice de oídas, porque las críticas estaban siendo muy buenas y todo aquel que lo leía lo ponía por las nubes. Lo reconozco, a veces me dejo llevar por las opiniones ajenas a la hora de elegir un libro. Soy una gafapasta voluble, qué se le va a hacer, y, aunque por regla general huyo de best sellers, como éste no incluía ni santos griales ni símbolos perdidos acepté barco. Y acerté.

El club de los viernes es, básicamente, un libro de mujeres escrito por una mujer para otras mujeres. No creo que a ningún hombre le gustara (y si hay alguno que lo haya leído por ahí, por favor que me diga si me equivoco), porque está tan metido en el mundo femenino que dudo que cualquier hombre pueda sentirse identificado. Lo bueno es que, cuando hablo del mundo femenino, no me refiero a historias sobre novios, o dudas sobre qué traje ponerse, o cómo salir con el tío más bueno del barrio. No. Las protagonistas son gente corriente, sin historias del otro mundo, con sus pequeñas rencillas con el mundo y entre ellas, pero sobre todo son mujeres. Mujeres que se ayudan las unas a las otras, eso que es tan difícil de encontrar hoy en día porque parece que nos pasemos el rato luchando unas contra otras. Mujeres que sufren con los males de las otras y que saben bajarse del burro cuando ven a alguien sufriendo, y tienden una mano a pesar de que la otra pueda no ser santa de su devoción. Son hijas, madres, parejas, empresarias, tejedoras y, sobre todo, amigas. El punto es al principio su único punto de unión, pero pronto se convierte solo en una excusa para estar juntas.

Este libro me ha gustado, aunque quizás haya momentos en el que peque de ñoño y sentimentaloide. No creo que vaya a leer nada más de Jacobs, porque mucho me temo que es una de esas autoras que sólo tiene un tema y lo explota hasta la saciedad, como le pasa a Fannie Flagg. Pero me ha gustado descubrirla, y desde luego no me ha pesado en absoluto pasarme una semana con el libro. Eso sí, el final no es apto para leer en público si os da vergüenza que os vean emocionados con un libro. Os lo dice una que se tuvo que tragar las lágrimas en el tren. Pero esa soy yo.

1 comentario:

Ana Glez Duque dijo...

Yo me acabo de terminar la segunda parte y me gustó más que la primera. Te la recomiendo.